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Ayer, durante una conversación sobre los desafíos dentro de una organización, me volví a dar cuenta de uno de los obstáculos más grandes para implementar cambios, tanto a nivel relacional como profesional: la desconexión que muchas personas tienen con sus propias fortalezas.
Y no solo con identificarlas, sino también con el valor que les asignan.
1. Identificar nuestras fortalezas
Muchos de nosotros no tenemos claro cuáles son nuestras 5 fortalezas principales. Al no saberlo, es muy probable que estemos operando desde un lugar que no favorece nuestra energía, nuestra motivación ni nuestras probabilidades de éxito.
En lugar de potenciar lo que ya hacemos bien, muchas veces intentamos perfeccionar nuestras debilidades. ¿Por qué?
Porque creemos que “tenemos que ser buenos en todo” o porque valoramos más ciertas fortalezas que otras (sobre esto voy en el siguiente punto).
Pero vivir y trabajar desde nuestras fortalezas no es opcional si queremos tener impacto real y sostenible.
Claro que no se trata de ignorar completamente las debilidades: si una te bloquea el camino, hay que trabajarla. Por ejemplo, escribir nunca ha sido una de mis fortalezas, y aunque no elegiría un trabajo donde escribir sea el centro, he tenido que desarrollar ciertas habilidades porque escribir forma parte de casi todos los roles.
2. La trampa de asignar valor a las fortalezas
Cuando creemos que hay fortalezas “mejores” que otras, corremos el riesgo de desconectarnos de las nuestras.
Nos desalineamos.
Intentamos forzar una versión de nosotros mismos que opera desde lo que nos falta, en lugar de lo que ya está ahí.
Y lo más grave: entramos en comparación, dejamos que el ego tome el mando, y terminamos desenergizados y poco efectivos.
Para aclarar estos puntos, les comparto un ejemplo personal.
Una de mis fortalezas es la implementación. Soy más “doer” que estratega. Y eso está bien.
Pero si en un equipo hay alguien muy estratégico, y yo empiezo a pensar que “debería ser más como esa persona”, que su fortaleza es más valiosa que la mía, entro en un juego donde me siento menos. Y desde ahí, no brillo.
En cambio, si veo esa diferencia como complementaria y no como una amenaza, todo cambia:
Yo aporto acción, enfoque, ritmo.
Esa persona aporta análisis, visión, perspectiva.
Y así, la combinación es poderosa.
Escucha el nuevo episodio de A Cada Paso Podcast
Eneida Roman
En este episodio de A Cada Paso, Gaby conversa con Eneida Román sobre su trayectoria personal y profesional, alejándose de los títulos y enfocándose en quién es ella realmente. Eneida comparte los retos y motivaciones que la llevaron a crear Amplify We Are, una organización enfocada en fortalecer y darle visibilidad al liderazgo y emprendimiento latino en Massachusetts.
A lo largo del episodio se responden preguntas clave como:
¿Por qué hay tan poca representación de latinos en puestos de liderazgo y profesiones especializadas en EE.UU.?
¿Cuáles son las barreras externas e internas que enfrentan los latinos para avanzar profesionalmente?
¿Qué programas y actividades ofrece Amplify We Are para apoyar a empresarios y profesionales latinos?
¿Cómo pueden las mujeres latinas ampliar sus redes de contactos y buscar oportunidades de crecimiento?
¿Qué prácticas recomienda Eneida para mantenerse conectada consigo misma y cuidar el bienestar personal mientras lidera una organización?
Un episodio inspirador sobre comunidad, empoderamiento y la importancia de visibilizar el talento latino.
Gracias Francisco!
Brilliance artículo y muy importante distinción entre el foco en fortalezas vs debilidades.