Mi reflexión de hoy está más vinculada al entorno en el que vivo, ya sea la ciudad o el país. En Boston, parece que no hay un solo día en el que, al preguntarle a alguien "¿Cómo estás?", la respuesta no sea "Muy ocupado", como si fuera una medalla de honor. ¿Por qué expresamos esto? ¿Estamos realmente muy ocupados? ¿Buscamos intencionadamente estar muy ocupados? No tengo la respuesta, pero me planteo si esto se debe al miedo de estar solos con nosotros mismos o si intentamos impresionar a los demás con todo lo que hacemos.
Decir "muy ocupado" se ha vuelto tan común que, en ocasiones, aquí en Boston, la pregunta ahora es "¿Cómo estás? ¿Muy ocupado?". Recientemente, comencé a responder "No realmente, lo suficiente como para disfrutar de mi trabajo y de mi tiempo libre". La reacción es similar a cuando en el aeropuerto te preguntan si las maletas han estado contigo todo el tiempo y respondes "No". El agente no sabe qué hacer con esa respuesta porque no está en el protocolo.
Claro, hay momentos en los que no tienes remedio y el día está lleno, pero ¿te has preguntado si ese es siempre tu caso? ¿Te has cuestionado si realmente necesitas hacer todas las cosas que estás haciendo? ¿Y qué pasaría si soltaras algo? ¿Qué de lo que haces te trae energía, y qué no y no es esencial? Quizás la respuesta sea "quiero seguir haciendo todo", pero no está mal cuestionarse estas cosas para asegurarte de que estás construyendo la vida que realmente deseas.